Cuando se tuerce un día

Existen días en la vida, que las cosas no están por la labor de salir bien. Ayer fue uno de ellos. No basta con que tengas todo bien calculado. Todo planificado, y que tengas los minutos contados cual plannig militar.

¿Quién te avisa de esas cosas?. Varios días de preparación para un día especial, que se van al garete en el momento de empezar. No se, leo todos los días mi horóscopo. Aunque sea por afinidad me podrían haber avisado de que no iba a salir bien. Así llevó un plan B en la mochila (o en la cartera mejor dicho).

El cumulo de despropósitos llego a tal calibre, que en un momento dado llegue a pensar que mejor volver a casa y meterme entre las sábanas. Quizá así no la cague más.

De todas formas. El día aún saliéndose de mis planes, fue genial. Estar contigo es lo único que deseo, ya sea en las puertas de un teatro (con las entradas para otro día), en un rosal ( con las rosas marchitas), en pleno Madrid (lleno de obras y con un calor asfixiante) ó en un restaurante (cenando lo que creíamos que iba a ser otra cosa).

Muchas gracias amor, por ser como eres. Por ser especial y perdonar, que nada haya salido bien