sábado, 14 de febrero de 2009

Dolor en San Valentín

Rumiando la vida, exprimiendola sin saber como, noto que la pierdo. Oportunidades pasan delante mía sin saber por qué, oportunidades desaprovechadas. Será que no me quiero complicar, que no estoy en ese punto de madurez; será que vivo para mí. Mis proyectos son míos y alguien al lado me desviaría de ellos... ¿O no?.

Quizá pase el tiempo, ese tiempo que pasa inexorable, que no se para ante nadie. Cuando llegue al punto de "no retorno" miraré atrás y ohhhhhhh! Dios mío me veré sólo, entonces el pasado aplastará el presente y el futuro, entonces no habrá por lo que seguir viviendo.

Despierto años después de estas líneas, estoy... estoy... No lo sé. Me encontraba en uno de esos sitios oscuros, con luces extridentes y música que raya la rotura de tímpano; todo aderezado con un par de whiskys con hielo y agua. Apostado bajo unas escaleras exentas . No recuerdo nada más.

Me duele el pecho, en la negrura de una nueva habitación, que no conozco. Estoy en una cama, articulada parece ser. Detrás mía un monitor marca mi ritmo cardíaco. Miro y remiro, como si la luz verde que despide me dejara embobado. Observo que el ST está un poco,más bien demasiado elevado, mala señal. Sin duda estoy en la unidad coronaria de algún hospital madrileño, por Dios que no sea la de Getafe.

Notó una presión en el brazo izquierdo, y al poquito un pitido que marca mi presión arterial. Madre mía, tengo la tensión por las nubes. El dolor torácico no cesa. Veo algo que sale de mi brazo, lo sigo con la mirada. Son varias perfusiones y sueros que alimentan mi vena, el ClK es algo más que la inyección letal por lo que parece.

En un alarde de ingenio, cojó una "perita" que tengo cerca de mi almohada. Llamo al timbre.

A los pocos segundos aparece un chico alto, vestido de blanco, zuecos sucios y guantes de látex que le vienen grandes. Me pregunta qué me pasa, y no se que responderle. Me he quedado mudo, soy yo en realidad. Se acerca hacía la cama, me pregunta en voz alta "¿Sabes dónde estás?", quizá piense que me he desorientado. Me toco el pecho varias veces. Acerté.

El chico sale de la habitación y reaparece con dos personas más y un electrografo. Pegatina por aquí, por allá. Gritán "No te muevas". Según sale el papel uno de ellos desaparece. Vuelve al poco tiempo, un Vernies para calmar el dolor.Lo pongo bajo la lengua. Vuelvo a estar tranquilo.

Aparecen por la mañana dos doctoras, la más guapa seguramente la residente. Hablan y hablan, por fin algo llama mi atención; "Síndrome de Tako-Tsubo", suena jodido, empiezo a prestar atención.

- En realidad, señor usted no tiene nada, es un síndrome totalmente psicológico, seguramente por stress, o algún trauma anterior. Muchas veces sucede a raíz de un tema amoroso.

Ahora pienso en mi fría cama de hospital: "¿Qué pasaría sino hubiera desaprovechado mis oportunidades?".

Quizá,... seria FELIZ

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