Este fin de semana he estado ausente, un paraíso cercano nos ha acogido.
Hoy me he levantado pronto, muy pronto. Empapado en sudor despierto a la vida y he empezado a recordar todo lo vivido. Quizá fuera un sueño...
El fin de semana, se ha pasado rápido, muy rápido. Como siempre cuando estoy contigo. Gracias, a que tenía la cámara puedo dar fe de que lo que recuerdo, ha sido verdad. La boda, la que nos sirvió de escusa para empezar a ser felices, se ha hecho realidad. Y ha sido mejor de lo que podría haber imaginado.
Eres la mejor. Has tenido que conocer a mi familia, has tenido que conocer a mis amigos. Pero lo has aguantado todo. Y eso me ha llenado de alegría. El simple hecho de que estuvieras allí conmigo, me hace muy feliz.
Entre copas, comida y risas. Pasamos estos días. Risas entre tu y yo, risas complices que sólo comprendemos los dos. Risas de las que nos acordamos parcialmente. Y risas que me hacen estar aun más convecido, si cabe, de que eres la mujer de mi vida.
Reviso las fotos y te miro embobado al ver que eras la más guapa de la boda (que me perdone la novia). Las miro una y otra vez, los que han visto las fotos siempre dicen lo mismo. Que íbamos guapísimos. Y que hacemos una pareja perfecta (como siempre).
Nuestro primer compromiso juntos. Espero que sea el primero de muchos más.
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