lunes, 13 de abril de 2009

Diario de viaje 4; bye Berlin, Hello Dublin

Amanece en Berlin, son las 9:30, parece prontísimo, pero se nos acaba haciendo tardísimo. Ducha, desayuno y terminar la maleta nos hace desplazarnos sin darnos cuenta a las 11:20. Carreras hacia la parada de taxi, ninguno para 6 personas. Llamamos a Frank, como nos retrasemos más perdemos el avión. Nos dice que llega en 5 minutos, pero aparece en 2. Si sabe cocinar me casaba con él.

Llegamos al aeropuerto y a correr. 1º Control, el de las maletas, ningún problema.

2º Facturación. Empiezan los problemas. Nos quieren cobrar 15 euros por kg de más. Empezamos a abrir las maletas y sacar cosas. En minutos aquello parece un mercadillo. La simpática de la compañía al vernos queda acojonada al ver que le vamos a formar la cola más larga de su vida. Nos deja pasar aún con kilos de más. A esto se une otro problema, el apellido "Conde", algo nos debía de pasar. Entre explicaciones y enredos la "simpática" accede a dejarme pasar, no sin poner una cara bastante sospechosa.

Al pasar el control de acceso nos damos cuenta que en las pantallas de nuestro vuelo, pone: "Boarding". No se mucho inglés, pero para mi que nos va a tocar correr otra vez. Puerta 62, destino Dublin. Menuda carrera, casualmente esta en la otra punta del aeropuerto. Llegamos sudando como cerdos. Ultimo control, entregamos el DNI y a embarcar.

Tanto correr para nada, ahora nos toca esperar.

Trás esperar un rato largo, embarcamos y despegamos rumbo a Dublin. 2 horitas durmiendo después del ajetreo repentino.

Salimos del aeropuerto de la capital irlandesa y lo primero que hacemos es fotos a los pasos de cebra. La inscripción "Look Right" esta en todos. Buscamos un taxi para 6. Sabemos que no nos vamos a encontrar a Frank, pero otro nos deja en Temple Bar. Un barrio con ese nombre no puede estar mal.

Buscamos un supermercado para comprar provisiones, nos han advertido que la ciudad es muy cara. Cuando llegamos al supermercado, sólo podemos dar la razón al que nos informó.

Salimos a dar una vuelta y reconocer el lugar. Pasamos cerca del Trinity College, pero seguimos adelante, ya tendremos tiempo. El frío nos hace desfallecer, todo sumado al madrugón y al viaje. Miramos para ir a cenar, ¡¡¡¡¡¡¡¡a las 6!!!!!!!!. Un americano que parece sacado de Pull Fiction es nuestra opción. Comida rápida y a correr.

Decidimos conocer el famoso Temple Bar (pub), no olvidemos que el nombre del barrio viene del bar, tomamos varias pintas que calman nuestra sed. Toca en directo un grupo de música típica irlandesa, los pies se levantan marcando el ritmo. La verdad que nos gusta bastante. Salimos del bar a las diez de la noche. Nos acoplamos en la zona común del hotel. Unas cervecitas, risas y sandwich nos hacen plantearnos el planning de mañana.

Un último recuerdo para Frank, que de camino nos enseñó lo que nos faltaba por ver. Y porque no decirlo, nos salvo el culo de perder el vuelo. Que se mejore pronto por la pérdida de su padre y que sea feliz. ¡¡¡¡¡¡¡¡FRANK ERES UN GRANDE!!!!!!!!!

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Diario de viaje 3

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