martes, 20 de enero de 2009

Adiós

Tiempo que te escapas sobre mi cabeza,
tiempo no aprovechado, tiempo sin ti.


Te escapas, no te veo, sólo siento tu presencia;
no estas conmigo, lloró.


El corazón deja de latir, me has mirado;
un segundo ha durado.
Apartas la mirada,
mi mundo vuelve a caer.

Miró al mundo, no me gusta.
Todo huele fatal, la gente es tan hipócrita.
Consejos, no les haces caso, te arrepientes,
mueres cada día, cada día un poco más.

Se acerca una tormenta, la de morir, no estas cerca.
Mi despedida es triste, te añoro, te deseo;
Pero la distancia es la mayor de la enfermedades para el corazón.


Adiós, mi alma se despide de mi cuerpo.
Ahora lloras, ya es tarde, me fui sin decírtelo,
lo sabías pero tu también callaste.

Hoy como alma en pena
me acerco despacio hacia a tí;
rozó tus mejillas, suaves como el terciopelo.
Ahora que no me ves,
te susurró al oído lo que nunca te dije.
Entonces lágrimas brotan de tus ojos.

La desesperación te hace sufrir;
te duele el dolor.
Cojes un cuchillo y...
¡No!, ¡no lo hagas!.

Hoy vivimos en cuerpo etéreo
la vida mortal
que siempre deseamos para los dos.

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